Solamente hay que hacer una denuncia a una actitud adultocentrista para que se de otra y se demuestre así su invisibilización.
El otro día, en el aeropuerto de Valencia, viví una situación de maltrato infantil que me encogió el pecho y relaté en mi muro de Facebook:
Al poco tiempo, entre los comentarios que recibí en la publicación, quiero destacar los siguientes de una madre y un maestro:
He hecho el ejercicio de cambiar algunas palabras, como si la situación hubiese sido de un hombre a su mujer, en lugar de una madre a su hijo, tanto de mi publicación, como de alguno de los comentarios. Este es el resultado:
Publicación:
“Estoy en el aeropuerto de Valencia esperando para embarcar y el hombre que tengo al lado, además de mirar, hablar y coger de forma violenta a su mujer, acaba de decirle que si no se sienta y deja de flirtear conmigo (no estaba flirteando, sólo me ha mirado sonriendo, le va a pellizcar como «ya sabe». Le he dicho que ellano estaba flirteando y que me molesta escuchar barbaridades como esa de un hombre a una mujer. Me ha mirado fatal y se ha callado… esto ocurre cada día, se llama patriarcado y violencia machist. Yo no pienso callarme, desde luego.”
Comentarios:
“Nose como de «violento» era >ese hombre pero yo a veces también le hablo mal, miro mal y pellizco a mi mujer de vez en cuando sobre todo en momentos de estrés como el aeropuerto, la cola del súper a reventar, cuando hablo con otra persona… y estoy hasta arriba de de ella! Al leerte me he sentido identificada con ese marido y no por ello me siento un maltratador… no somos perfectos pero hay cosas mucho peores que «ese momento» en el que tu mujer te pone a mil.. y tu como persona saltas! Consideró violencia machista otras cosas pero eso no y menos en un momento dado.. pero te repito nose como de violenta era la situación… a veces le pego un grito a mi mujer y otros se giran pero no saben esas personas cuantas veces he repetido la misma frase a mi mujer.. obviamente en un caso violento yo tampoco me callaría..”
“Todo depende del contexto. No sabemos nada de lo sucedido previamente. Así q poco podemos opinar. El hecho en sí, es denunciable a priori.”
“Analizando el contexto y a sabiendas de todo, habría que ver. Ella no vio agresión en ningún lado. Según he leído. Y yo tampoco hablo de justificar una agresión. Creo q debemos leer bien. (Si va por mi comentario) Saludos!”
Dudo que alguien que lea esto, encuentre justificable la violencia machista (psicológica y física) en casos en los que al marido le pone nervioso algo que hace su mujer (además, algo respetable) o le ha repetido la misma frase muchas veces. Dudo también, que a alguien le parezca que mirar, hablar, coger de forma violenta y amenazar con pellizcar no sea una agresión, cuando se trata de un hombre a una mujer. Sin embargo, cuando se trata de una persona adulta a un niño o niña, hay que analizar el contexto y entender a la “pobre” madre. Pues queridas (personas), esto es el adultocentrismo que todavía tenemos tan anclado en nuestro día a día. Un niño necesita reír, comunicarse con las personas que tiene al lado, jugar en el suelo mientras está esperando para embarcar en un avión más de una hora, correr, caerse y sudar (acabo de recordar que le dijo que daba asco todo sudado). Eso no es ser maleducado y permitírselo no significa no poner límites. Y, desde luego, poner límites mediante amenazas y violencia, no se parece en nada a educar.
Educar es escuchar más sus necesidades y trabajarnos nuestros miedos y limitaciones continuamente (que se caiga, que quedemos mal en público, que luego hay que duchar al niño otra vez, que estoy cansada, que a mí de pequeña me educaron así y no sé hacerlo de otra manera, …). Eso es educar, acompañar de forma respetuosa. Lo siento, pero quién no esté preparado o preparada para educar sin maltratar ni esté dispuesta a mirar en su interior antes de hacerlo, no tiene porqué tener hijxs. Ni acercarse mucho a lxs de lxs demás. Gracias.